SUBTEMA 2:
Concepto de barreras para el aprendizaje y la participación
En este segundo subtema se abordará el concepto de barreras para el aprendizaje y la participación, ya que la escuela misma podría ser un centro difusor de las desigualdades al realizar prácticas que fomentan la discriminación y la exclusión.
La cultura de la diversidad establece que todas las personas son diferentes y tienen la misma oportunidad de vivir su propia vida. Por tanto, las escuelas y sus docentes deben identificar y aplaudir las capacidades de cada estudiante.
Booth y Ainscow (1998), mencionados por Sandoval (2009), plantean que en una escuela donde las distintas manifestaciones de las personas se respetan y se valoran por igual, no se deja por fuera a quienes no pueden seguir el ritmo impuesto. Es decir, no se incluye solo a la mayoría sino a toda la población estudiantil, por lo cual, se respeta la diversidad.
Así pues, estos teóricos desarrollaron el concepto de barreras para el aprendizaje y la participación fundamentando en la perspectiva social de las dificultades de aprendizaje, ya que estas se dan en la interacción de la población estudiantil con sus contextos.
Sandoval, Echeita y López (2009), exponen la necesidad de reflexionar sobre la dinámica particular que vive cada institución educativa, para identificar las barreras que pueden estar presentándose. Por ejemplo, las personas que son parte de la comunidad educativa deberían cuestionarse sobre la forma en que conciben el mundo a partir de su experiencia personal, ya que de ahí surgen ciertas ideas, creencias o valores que son compartidos en el grupo y que definen la cultura escolar.
Cómo se desarrollan los proyectos, qué aspectos se consideran para definir los horarios, los grupos de trabajo e incluso distribuir los recursos, son aspectos que definen la planificación, coordinación y funcionamiento; cuáles son las metodologías que suelen utilizarse en las aulas, qué tipo de evaluaciones se realizan son indicadores que permiten determinar las prácticas concretas de aula. Estos son solo algunos ejemplos de todos los aspectos que pueden convertirse en barreras, no sólo para el aprendizaje y la participación estudiantil, sino para todas las personas que participan en el acto educativo (docentes, personal administrativo, familias, entre otras).
